Erasmo, el ciborg

Erasmo sólo puede defenderse a la manera de esos animalitos que, al estar en peligro, se fingen muertos o cambian de color; pero, lo que prefiere, en caso de tumulto, es retirarse a su concha de caracol, a su cuarto de trabajo: sólo detrás del muro de sus libros se siente íntimamente seguro.

Stefan Zweig, en Erasmo de Rotterdam, Triunfo y Tragedia

Dada la tecnología puntera de su época, quizá sería más apropiado inventar una palabra y llamarle liborg. Y como tal, defenderse no se le dio nada mal, he de decir, tras leer su biografía desde la mirada de Zweig.

2 comentarios en «Erasmo, el ciborg»

  1. ¡Magnífica la recomendación para inventar palabras! Con lo que me gusta 🙂

    Yo fui liborg durante muchos años… y cada vez sueño más con volver a serlo. Y los sueños son muy poderosos, ¿verdad?

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